Los últimos datos sobre pobreza e indigencia en Argentina, relevados por el INDEC en el tercer trimestre de 2024, muestran un panorama preocupante para las provincias del Noroeste Argentino (NOA). Mientras que algunas provincias vieron un aumento en los niveles de pobreza, La Rioja presentó una particularidad: logró reducir tanto la pobreza como la indigencia, a contramano de la tendencia general en la región.

Según el informe, la tasa de pobreza en La Rioja es del 48,3%, lo que significa que casi la mitad de la población no logra cubrir sus necesidades básicas. Sin embargo, este número representa una mejora en comparación con el mismo período de 2023, cuando la pobreza en la provincia era 4,1 puntos porcentuales más alta. La indigencia, que mide a quienes no pueden acceder siquiera a la alimentación básica, se ubica en 5,9%, habiendo bajado 4,6 puntos en un año.

¿Cómo está La Rioja en comparación con las demás provincias del NOA?

Si bien la situación sigue siendo difícil, La Rioja muestra un mejor desempeño que otras provincias de la región:

Salta encabeza el ranking de pobreza en el NOA, con un 52,8% de su población en esta condición, lo que representa un fuerte aumento de 7,1 puntos porcentuales respecto al año anterior.

Santiago del Estero presenta una tasa de 42,9%, con una leve suba del 0,4%.

Catamarca alcanza el 48,1%, con un aumento del 6,3%.

Jujuy tiene un 43,6% de pobreza, con un crecimiento de 2,2% en un año.

Tucumán, con 50,6%, prácticamente no tuvo cambios, pero sigue estando en niveles altos.

¿Qué significa esta baja en La Rioja?

A pesar de que casi la mitad de la población sigue en situación de pobreza, la reducción registrada en La Rioja es una señal positiva dentro de un contexto difícil. Este descenso puede estar relacionado con políticas locales que han intentado amortiguar el impacto de la crisis nacional, ya sea mediante asistencia social, programas de empleo o medidas económicas específicas.

La situación de la provincia contrasta con la de otras como Salta y Catamarca, donde la pobreza creció significativamente. Esto refuerza la idea de que, más allá de la crisis general del país, los resultados pueden variar según la gestión provincial y las estrategias implementadas.

El desafío sigue siendo grande

Aunque la baja de los índices de pobreza e indigencia en La Rioja es alentadora, el desafío sigue siendo enorme. En términos simples, casi una de cada dos personas en la provincia es pobre, y muchas familias todavía luchan por llegar a fin de mes. La recuperación económica y la generación de empleo genuino siguen siendo la clave para que esta tendencia a la baja se mantenga y que la mejora no sea solo un respiro temporal.

El panorama del NOA sigue siendo crítico y muestra que la desigualdad estructural persiste en Argentina. La lucha contra la pobreza no se trata solo de números, sino de mejorar la calidad de vida de miles de riojanos y de toda la región.

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