Una violenta operación policial en Río de Janeiro se convirtió en la más letal de la historia de la ciudad brasileña.
La Defensoría Pública confirmó al menos 132 muertos, incluyendo cuatro agentes, tras el despliegue en barriadas de favelas.
Los pobladores indignados gritaron «asesinos» y definieron la intervención policial como una «masacre».
